martes, 16 de agosto de 2011

Mil y una noches


No se por donde empezar a describir la increible oportunidad que me dio la vida , cuando me presentó a mis adorados peques del continente africano que me hicieron amar su tierra a distancia, logrando que anhelara visitarla como si fuera un movimiento indispensable para seguir adelante en esta aventura. Ya lo hice y si bien conocí una ínfima parte de lo que Marruecos tiene para ofrecerme, lo vivido me obliga a volver a seguir conociendo sus indescriptibles paisajes y si dios quiere, a seguir bajando por el continente...

Los busqué por las calles de Marrakech como si realmente existiera la posibilidad de que estuvieran allí, siendo testigos directos de mi emoción tras andar por las calles de su impresionante país...pensé  cada segundo en cómo les explicaría a mi vuelta lo que había hecho, con quién había hablado, los olores que había sentido, los miedos que había pasado, etc. Pero más que nada pensé en sus mamás, y en que ojalá hubiese podido encontrarme una a una para decirles que sus niños se encontraban perfectamente: bien alimentados, con un idioma más en su cabeza, con nuevas amistades y vestimenta pero aun así conservando su cultura, las creencias y haciendo el Ramadán como dios manda. Y con una uruguaya que los quiere muchísimo.

No estuve ni cerca de imaginarme la locura con la que me iba a encontrar. Era un ´´relajo con orden´´, como decía una maestra mía...un caos internamente organizado en el que nadie se perdía más que yo, y algun que otro turista...como si hubiera una norma de tránsito que dijera ´´Griten lo máximo posible, no construyan semáforos, doblen en U en cualquier lado, permitan que burros, coches, bicis y peatones vayan por la misma senda y todo sin rozar las paredes de las angostas calles ni destruir las tiendas de los zokos, gracias´´...y todos felices...y el desubicado era el que iba en el medio cruzando los dedos para no morir en el intento de doblar en la esquina. A pesar de que puede sonar a tragedia y brutalidad me pareció una forma muy divertida de pasear por las calles, algo más que caracteriza esta ciudad de paredes naranjas/terracota como un sitio por demás especial.

Lo que más me impactó fue la exagerada forma de captar los sentidos que tiene la multioferta de objetos y personas haciendo cosas por demás interesantes (y extrañas). Los escenarios están siempre petados de cosas para ver, oler, escuchar, todo activa los sentidos permanentemente, no sabes para donde mirar!. Si tuviera déficit atencional seguramente estáría potenciado al extremo, TODO LLAMA LA ATENCIÓN, TODO DISTRAE, HAY INFINITAS OPCIONES Y GENTE ESPERANDO JUGAR CON TU AGOBIO A FAVOR PARA VENDERTE EL MUNDO! Si no es una tienda con millones de bolsos de lentejuelas, es el local que vende cacharros de barro artesanales para hacer las comidas típicas marroquíes; si no un señor que vende dátiles y sopapea lo que en un principio parece aire, pero despues se convierte en abejas; un peque que te dice al oido que ´´Allí no compres, te llevo más barato, más barato a la vuelta´´ ; mujeres ofreciendo a 5 euros pintarte las manos con henna; encantadores de serpientes que sin 10 Dirham no permiten que saques fotos; carros arrastrados por cualquier tipo de animal de cuatro patas con hierbas cargando a los costados; personas corriendo quien sabe a donde; vendedores de zumos; el Iman sonando a lo cerca y a  lo lejos, invitando a la gente a rezar...todo eso y más, acompañado de aroma a ´´35 especies´´ un condimento típico que venden en todos lados y al cuero que en las propias tiendas limpian y tiñen para hacer carteras y mochilas...Siempre en el medio escuchás que alguien estuvo más atento que tu y reconoció tu acento, pero le pifió y te dijo ´´Messi, Messi´´ y ante tu cara de horror te preguntan ´´Forlán?´´...y empiezan a hablar maravillas de nuestro paisito.

Todo está lleno de gente a cualquier hora y aun con el calor a tope los vendedores no pierden la esperanza de convencerte de que compres aunque sea un espejo de cartera, EN ESTE PAÍS SÍ QUE SE LABURA!
 Por si no te entretiene la bijouterie y artesanías también tenes todo tipo de animales comestibles muertos que impresionan BASTANTE, alfombras (sumamente mágicas) colgadas de las paredes, piedras preciosas, polvos de colores, aceites naturales y muchos, muchos dulces.
Cuando baja el sol, la plaza Jamaa el Fna se triplica en atracciones, se despliegan carros que se convertirán en puestos de comida ambulante y Cous Cous, Sharmoola, Harissa y zafraan beldi para todo el mundo!
 Más mujeres van apareciendo de a poco, va aumentando progresivamente la belleza de sus chilabas. Piedras, bordados, tafeta, encaje...capaz que alguna no lo entiende, pero prefiero esos hermosos vestidos a mis jeans!

La gente. Amable, simpática...aun siendo el único lugar que he visitado en el mundo en el que me costó confiar en la gente (a causa del regateo, hace ver las cosas como si nunca valieran lo que dicen no lo que son), ha sido donde los nativos mejor me han tratado. Todos se sienten honrados de que TU, quieras visitar sus tierras, conocer sus costumbres y probar su arte culinario y si te hace falta sentirte un poco más bienvenido que eso, cuando comienzas a socializar con el pueblo (algo que si no haces, es como si no hubieses viajado, porque las mezquitas y los camellos, los ves en las fotos) de inmediato tienes un techo para dormir en tu próxima visita INSHALLAH...si dios quiere...

Viví una vez más esos momentos en los que te preguntas que habrás hecho TAN ESTUPENDAMENTE BIEN como para merecer lo que estas viviendo...Ahi, rumbo al desierto de Zagora, atravesando Ourazazate, Kasbah, visualicé paisajes, situaciones, personas que ni en mi mejor sueño imaginé que tendría a metros de distancia. Es que Walt Disney por primera vez me deslumbra, porque nada más parecido a Aladdin lo que pude observar allí!
Desde que nos subimos al minibus y con 53 grados atravesamos un mínimo trayecto del país (en 10 horitas) emprendimos una aventura que ni en mi deseo más divagante de cumpleaños pude pedir! Todavía no me creo que estuve allí, siendo testigo del trabajo de toda esa gente en el medio de la nada con un calor indescriptible, cosechando la henna, quitando agua del pozo; poniendome feliz cada vez que un grupo de niños se acercaba a los camellos como para darnos la bienvenida a su pueblo, ofreciéndonos artesanías, riéndome con los peques camelleros que era como tener a los tres reyes magos adolescentes responsables de tu futuro y de tu noche en el medio del desierto (si, literalmente! fue una frase que me dije muchas veces...ESTAS EN EL DESIERTO!!!)...y confié en ellos como si les conociera de toda la vida, más que si hubiesen tenido 40 años y un Máster en turismo...será que sus historias de vida me son familiares, que conozco su inigualable valentía para su corta edad y me entregué a ellos en plan de disfrutar como nunca había disfrutado nada en mi vida, sin, por primera vez, tener miedo a que apareciera una araña, un asesino en serie o un tsunami de arena. Creo que por primera vez en mi vida, no me importó nada...nada, nadita...estaba muy feliz con mi colchón en la arena mirando estrellas fugaces como para preocuparme por algun desajuste de la naturaleza.
No se que fue más heavy; si escuchar música marroquí en vivo cantada por 6 o 7 críos de túnica y turbante bailando conmigo en un fogón en el desierto, o que me pidieran que tocara en la Darbuka el candombe uruguayo que debo asumir no me gusta en absoluto, pero que en ese momento logró emocionarme y querer un poquito más algo de la cultura uruguaya.

Y es que es literal a lo que le dije a Papo cuando llegué, capaz que para algunos algo trágico, pero para mi una de las verdades más verdaderas que he dicho, y es que, si moría allí, a causa de lo que fuera...moría 100% feliz, alegre, conmovida, realizada...etc etc...

Es que podría escribir un libro de lo emocionante que fue mi experiencia en Marruecos. Todo fue alucinante, desde el dasayuno típico en el hotel, hasta el regateo por un taxi; desde la tumba de los reyes hasta ver  Coca Cola escrito en árabe.

Imposible no traerle una bobadita a mis peques y lo más lindo, aunque también lo más triste, fue escuchar a uno diciéndome que era la primera vez en tres años, que tenía encima algo de SU país.
A mis peques subsaharianos, y a mi misma también, me debo otros rumbos como Mali, Mauritania, Guinea, Costa de Marfil, Senegal y Camerún. Y todos contentos!


lunes, 20 de junio de 2011

"Habibi" (mi amada) Graná

Cuando convoqué la beca, elegí a Graná por algún tipo de necesidad inconciente...la necesidad inconciente que tenía de conocer el lugar más hemoso del mundo, aferrarme a él, enamorarme por primera vez a primera vista y sentirme parte de algo que no tenía idea que me pertenecía e identificaba de tal forma...

Fue la única parte del viaje que me olvidé de planificar, llegué sin haberme informado de esta ciudad, sin ver sus fotos ni tener ni dea de la región, clima, lugares para visitar, costumbres, etc...creo que esa fue la clave para este enamoramiento que creo que es recíproco, ya que mi Graná me trata como nadie y no me deja irme...

Me hice adicta a varias cosas aparte de a los areopuertos y me volví sumamente intolerante a el no disfrutar de la vida en cada momento del día más allá de la rutina, el mal tiempo o el dolor de ovarios:

  • Le falta color y aroma a mis días si no cumplo con el ritual del té por las mañanas y las noches; puede ser de cualquier flor o fruta, hirviendo o con hielo, combinaciones que nunca pense que iban a mezclarse tan bien, todas, pero jamás jamás té de caja y bolsita.
  • Nada mejor que en algun momento del día ´´pa relajarse´´ un ´´cafelito´´ en cualquier terraza y mejor si es en una plaza, no hace falta encontrar un evento especial, una conversación pendiente, nisiquiera compañía. Eso es algo que me encanta de los españoles, la facilidad para callejear y estar en cualquier sitio menos en casa.
  • A caminar por las calles sin miedo a perderse (a veces hasta perdiéndose a propósito) siempre mirando hacia arriba y sin morir en el intento; ubicarse entre medio de dos veredas diminutas que se enfrentan puediendo apreciar, no los adoquines, sino los millones de balcones de los que cuelgan flores los 365 días del año con sus viejecitas o algún hippie regándolas,perros ladrando desde ellos y algún cartel de ´´SE ALQUILA´´ que te hacer envidiar momentáneamente a quien tiene la suerte de vivir allí aunque con fecha de vencimiento.
  • Ir cantando por la calle...sí, algo que muchos hacen pero yo nunca hice por no querer parecer loca...bueno ahora lo hago y es algo que me brinda una energía inmensa para arrancar la caminata diaria a la facu.
  • El canto gitano. No tengo palabras para definir lo que su cultura implica, es algo que a mi particularmente me emociona y me deja los ojos llenos de lágrimas,la fuerza, el entusiasmo, la pasión con la que tras improvisaciones dejan salir de sus gargantas historias increibles que lamentablemente no siempre puedo entender. Esuchar el cante en cualquier esquina de la ciudad no tiene precio, ver a los peques de 9, 10 años, ya con sus pelos largos y la camisa abierta haciendo palmas y el acting de la canción es increible, lo llevan en la sangre. Y el baile...eso ya es otro tema, es admiración pura la que tengo al ver a mi bailaora preferida, la mejor profe del mundo, mi Chua Alba.
  • A la Calle Elvira, la Carrera del Darro, el Paseo de los Tristes y mi ahora nuevo barrio, el incomparable Albayzín...Es todo soñado, las tiendas marroquíes esperando que les regatees, una al lado de la otra, vendiendo exactamente las mismas cosas, pero por alguna razón siempre compro en una diferente. Se escucha algún hitazo moruno sonando de fondo...y digo hitazo porque todos los balbucean. Las teterías con sus narguile, sus mesas talladas a mano y las lámparas de cristales de colores. Los locales de Shawarma emanando 50 grados a través de sus puertas.
  • La multitud de animales que hay en todos lados, somos pocos los que lamentablemente no tenemos un perro, gato o cerdo vietnamita.
  • "Los Chinos", entiendase bazares, locales, comercios que lo tienen todo, desde un alfiler de gancho hasta alfombras para hacer pilates, están abiertos 24hs y te salvan la vida más de una vez.
  • La Alhambra...es algo tan indescriptible que basta decir que hoy Granada es lo que es, porque una vez, hace mucho tiempo, una reina malvada se enamoró de Al-Ándalus y se lo quito a sus dueños y creadores a cualquier tipo de coste, haciéndolo su imperio,por no poder desenamorarse de ella...tiene tantas leyendas e historias que dan ganas de retroceder en el tiempo y escabullirse por sus patios para oir conversaciones de traiciones, engaños y mal de amores...
Granada es hermosa desde que empieza hasta que termina. Para los que no tienen la suerte de conocerla...¿Se imaginan una ciudad donde desde una sola perspectiva se ve un río en el medio de la ciudad en pleno verano, con las montañas nevadas de fondo y geranios a los costados en los balcones mientras un montón de rastafaris pasean con sus perros en el agua?, ¿Se imaginan una ciudad que va en subida y que cuando te introduces en un callejón y caminas 10 minutos,cuando quieres acordar has subido media cuesta y ves la Catedral desde lo alto?, ¿Se imaginan un lugar a lo alto donde las familias viven en cuevas y decoran los frentes de sus casas con cerámicas de colores? ¿Y callejones del ancho de tu cuerpo, por los cuales se accede a las mejores vistas y a través de los cuales solo el correo no se pierde? ¿Y se imaginan un lugar donde a nadie le importa como vestís, como hablás, qué música escuchás o con cuantos te acostás?

Todo eso y más es la ciudad que me ve despertarme cada día. Historia, diversidad cultural, buena vibra, mucha naturaleza y gente jóven por doquier, gente que va por las calles igual que yo, impresionada, estremecida de tanta belleza...gente que va caminando igual que yo, pensando en la pena que un día le dará dejar la tierra de la granada, del flamenco y las universidades, de las cuestas, los ´´guiris´´ y las babuchas marroquíes...

miércoles, 1 de junio de 2011

African dream

"African dream" fue el nombre que se me ocurrió para titular un trabajo -aun no entregado- de los tantos que el Master me exigió y que intenta reflejar el sueño de miles y miles de africanos que día a día, intentan llegar a las costas españolas viviendo, paradójicamente, una pesadilla, en búsqueda de lo que algun amigo, familiar, o conocido les describió como el paraíso y la buena vida...

La realidad es otra.

Mi motivación para realizar el trabajo fue tener la oportunidad de adentrarme en este fenómeno migratorio que me cautiva tanto,  así como presentar a quienes desconocen el tema, la realidad que vivo en el voluntariado que realizo dentro de la Organización "Z", donde paso de las mejores horas de mi semana, aprendiendo con mis niños/hombrecitos, los peques que logran llegar a salvo luego de cruzar ya sea el mar, o el océano y que mi Graná acoge y educa.

Y aunque en teoría les enseño el castellano, ellos, sin darse cuenta, me enseñan a mi de la vida, la valentía, la importancia de la familia y de cómo hacer para no tener miedo a nada...A veces en árabe, otras en dialectos que no logro descifrar, pero sin lugar a dudas la mejor vía es ese intento de español mal pronunciado,que implica la lucha, el desafío de romper con todas las barreras e intentar comunicarse en un lenguaje común y que me habla de las ganas de insertarse en la sociedad europea que tienen.

Y a pesar de que el concepto de infancia debería ser tomado en cuenta universalmente, en sus realidades no existe y es que el subirse a un camión para cruzar frontera a los 12 años implica ser el orgullo familiar...Sí...mientras que en algunos lugares del mundo aplaudimos cuando nuestros niños finalmente suben solos al autobús para ir al cole, en otros la llave a la adultez está en manos de, a esa misma edad, llevar adelante a la familia entera...y a distancia.

No es fácil buscar un espacio intermedio entre lo orgullosa que estoy de ellos por como se están desenvolviendo y consiguiendo cierta autonomía y el recordarles que siguen siendo niños, sin importar la cultura, la religión ni la experiencia de vida. Y de forma increible, cuando me los encuentro en el autobús yendo solos al cole (a pesar de la fama que tienen de escaparse de cada Centro al que entran) se me llenan los ojos de lágrimas y ni hablar cuando me gritan "Maestra" desde el fondo...no hay palabras para describir lo que eso genera.

Cuando somos pequeños nos inculcan, muchas veces, que el futuro será estudiar, formar una familia, tener un techo y si podemos agregar algo más a la lista, mejor. El American dream.

Cuando son pequeños, les inculcan que el futuro está lejos en distancia pero no en tiempo, que deberán hacerse cargo de la familia y claro que también, construir la propia. El African dream.

Ambos igual de ambiciosos. Es que vivimos en el futuro desde que nacemos en ambas puntas del mundo aunque con riesgos y responsabilidades de diverso calibre.

Primero enfrentarse al hecho de dejar todo, para intentar sobrevivir en el trayecto.

Segundo exponerse a los días de viaje, a los peligros que conllevan, a la posibilidad de pasar hambre y contraer enfermedades.

Tercero, improvisar madurez para poder sobrellevar la distancia, la soledad y los miedos. Y claro que hay mucho más...pero para ellos lo vale.
Sabe España su valor? o mejor dicho...lo mucho que le valoran?. Porque su pueblo muchas veces les rechaza y discrimina de forma brutal, al igual que lo hacen con los latinos, los rumanos...

Mustafa vino desde Mali. Primero estuvo un par de días de autobús en autobús, haciendo paradas en diversos países subsaharianos, durmiendo por ejemplo en las calles de Mauritania y Guinea, sin comer para no gastar ni un duro, incomunicado con su familia, hasta que alguien le ayudó y consiguió subir hasta Marruecos.

Cuando finalmente llegó a Tanger, y con tan solo 15 años, se subió con 75 personas en una patera (una balsa de madera de muy precarias condiciones y muchas veces casera ) para emprender viaje por la noche y así "evitar" ser vistos por la policía de frontera. Pagó 500 Euros y llegó a Canarias. Dos días duró el trayecto.

Allí estuvo una semana en un Centro de acogida, hasta que se escapó a Madrid en autobús para que no le repatriaran...algo que antes era muy frecuente, pero ahora es ilegal.

En la capital le dijeron que las ciudades grandes estaban atestadas de MENAs (menores extranjeros no acompañados, las siglas con las que muchos les conocen) y que lo mejor era ir a una ciudad pequeña, así que cogió un nuevo autobus y ya cerca del final del trayecto tuvo que decidir si bajaba en Málaga o en Granada. Y Graná se volvio su nuevo hogar.

La Organización "Z" que muchas veces está en la frontera con la policía, estaba esperando la patera...

Me cuenta él, y para mi sorpresa, que la policía le trató con mucho cuidado y respeto, que a través de unas radiografías de la muñeca confirmaron su minoría de edad y le enviaron al Centro "Y".

Allí hizo amigos, aprendió español en cuestión de nueve meses, le enseñaron informática, comenzó a asistir al cole y allí conoció a Aisha una monada de nigeriana con la que hoy pretende formar una familia.

Mustafa tiene 19.

Cuando cumplió 18, el Centro "Y" lo integró en un programa de autonomía e independencia de la Organización "Z", que ayuda a los ex MENA a insertarse laboralmente; les cede un piso a compartir con 5 chicos más en su misma situación ,subvencionado por la propia organización; les contacta con extranjeria para finalizar sus tramites de residencia y les sustenta durante el período de un año, y si hace falta, por más tiempo también.

La cuestión es que hay muchos requisitos para tener este tipo de oportunidad y obviamente hay pocas plazas. Algunos no se enteran, otros por desinformación no se acercan y quedan en la calle.

Mustafa y yo somos concientes de la enorme suerte que el destino le brindó desde su salida de Mali y fundamentalmente él, es conciente de que la plaza que está ocupando en el piso deberá ser desocupada apenas consiga un trabajo para que otro joven pueda recibir la misma ayuda, que el recibió.

Su familia sabe de él semanalmente, les envía ahorros cuando puede y su sueño, es poder juntar mucho más dinero, y volver.

Historias como la de Mustafa gracias a dios conozco muchas y creo que a pesar de la necesidad de ser realistas y concientizarnos de que solo una minoría tiene acceso a esta oportunidad, tenemos que salir de la difusión de alarma social inundada de catastrofes y cuestiones solamente negativas, y empezar a resaltar este tipo de trabajo que de a poco y con la ayuda de todos podrá empezar a ser una vía más posible y menos excepcional.

Ojalá se sigan ampliando este tipo de recursos para que no haya una limitación tan fuerte en la ayuda que le damos a la población de esos países tan necesitados, sobretodo abriendo los ojos, y asumiendo, mi bella Europa, que tu tambíen fuiste inmigrante hace muchos años.

Les pego un enlace de un corto espectacular que gano un Goya en el 2007 y un profe nos lo presento en clase, VALE LA PENA!!!http://youtu.be/mF_ZSCxlAIU.

domingo, 29 de mayo de 2011

Adicta a los aeropuertos

En este Blog, y a pesar de ciertos problemas técnicos, ya antecedentes en mi curriculum tecnológico, pretendo invitar a quien tenga ganas, a caer en la tentación de los suelos europeos, africanos y asiáticos (cuando llegue el momento) a través de mis  palabras, que dificilmente puedan desprender el 100% de lo que el día a día me genera, pero que aun así, intentarán acercar a mis seres queridos a la experiencia que la vida, Dios o alguna energía del Universo (y eso que no creo en Paulo Coelho) me esta brindando desde el 1° de Septiembre de 2010...

Personas que me impactaron, paisajes que me hipnotizaron, sucesos que me llegaron a los huesos, segundos que en el viejo continente han sido años de aprendizaje, de sensibilización, de enamoramiento...

Este es el inicio de mi adicción a los aeropuertos, en los que todavía no confío, pero que aun así han sabido alojarme en largas noches de espera y son vivos testigos de la euforia e histeria previa a cada despegue hacia un destino que tiene nombre, pero que realmente es incierto. Es que en su monotonía hay millones de historias, de vidas, corriendo de una punta a otra en búsqueda y espera de quién sabe qué...todos se van a ver algo o a alguien, todos quieren...todos queremos, algo que no está tan cerca como para evitarles...he allí la magia de la cuestión...

Se trata de una adicción como cualquier otra...genera una tolerancia, una dependencia (sobretodo psicológica) y un sindrome de abstinencia que reniega la deshabituación. Entre miedo y miedo, no me alcanzo de hartar y siento que va a ser muy difícil dejarla...Por suerte mi Graná cada tanto me desintoxica, aunque vuelvo a recaer...

Gracias a mi cuña Mage, ya experta en estas cosas que es quien lleva mi curso de iniciación al mundo blog.